perfil: Profesional destinado al cumplimiento del proceso de enseñanza aprendizaje
sábado, 9 de abril de 2011
¿Cómo se elaboran los mapas conceptuales?
El vocabulario histórico, por supuesto, no se aprende aisladamente, fuera de un contexto de programación. El léxico específico de la disci¬plina es potencialmente significativo para el alumnado si se activa y re¬laciona dentro del estudio de un tema. De todas maneras, con demasiada frecuencia, los profesores de Historia tendemos a figurarnos que el alumnado o bien ya conoce los conceptos o bien le basta una única ex¬plicación sencilla para dotarlos de sentido de manera permanente. Las investigaciones didácticas y la práctica docente señalan con asiduidad que la comprensión de conceptos históricos durante la enseñanza obliga¬toria es muy limitada y fácilmente olvidadiza. Por esto, hay que tener presente con suma claridad cuáles son los conceptos históricos que se priorizan como resultados de aprendizaje para dedicarles una doble aten¬ción didáctica. Por una parte, asegurar su comprensión con actividades precisas y, por otra, repetir de manera sistemática actividades específi¬cas de aprendizaje en el que el uso de dichos conceptos en otros temas del programa de estudio sea posible o necesario. Este uso en nuevas acti¬vidades de aprendizaje de nuevos temas resulta relativamente sencillo si el concepto es de carácter más constante o universal en el espacio y el tiempo (imperio, monarquía, campesino, latifundio, invasión, coloniza¬ción, asentamiento...). Surgen más dificultades, en cambio, en la didácti¬ca de léxico histórico de utilización más restringida en espacios y tiempos como la Historia de Chile (parlamentarismo chileno, anarquía, guerra de 1891). En este caso, para facilitar su aprendizaje, dichos conceptos deben aplicarse a lo largo de los cursos, ciclos y etapas a base del establecimiento de analo¬gías, diferencias o semejanzas de manera más o menos constante en re¬lación con lo que se estudia en cada momento.
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